DEL MUNDO DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PARADOJA DE SUS VACÍOS DE HUMANIDAD
FERNANDO DELGADO |
“ …En el anterior
fragmento se podrían condensar millones
y millones de experiencias subjetivas de igual número de nuestros ancianos, que cada día tristemente
tienen que aceptar y resignar el derecho perdido a la ternura, el derecho
perdido al aprecio y que en sumo representan la esencia de la constitución de
derecho mismo a la propia evanescencia . El mismo viejo se da cuanta, pues aún
es lúcido, “aunque prefiera enquistarse en el mundo de las nostalgias”, y esa
misma lucidez que solo los años y las canas saben titular, le dan cuanta de la
paradoja que significa estar incrusto en un mundo de derechos fundamentales,
como la vida la igualdad, la libertad; en un mundo de derechos sociales y
económicos como la educación, la salud, el trabajo; en un mundo de derechos
ambientales y de diferente índole que abarquen el bien común, mundos
diferenciados y que en su forma de entender las cosas, simplemente resulta el
mundo de su existencia, fundamentado en un mundo de derechos.
La discusión del mundo de los derechos y su efectividad en
su real cumplimento, es una discusión en la cual no quiere detenerse nuestro
anciano del mundo contemporáneo, pues
por lo menos su sensatez senil le advierte que son derechos que representan
pactos sociales y que como tales en algún momento dado podría usar su voz para
invocar alguno de tantos…¿sin embargo que sucedería cuando el viejo desterrado
quisiese invocar lo in/invocable?; pues
el sabe q la salud y la educación está en la constitución y por estar allí
estos ya tienen consagrado el derecho implícito a ser invocados, y por eso se
pregunta ¿qué sucedería cuando algo q se quiera invocar carece de esta condición
constitucional?.¿Que sucede si su familia y su mismo socio/estado le han
garantizado posibilidades efectivas de ejercer esos derechos fundamentales,
sociales, económicos y ambientales, pero aun así no se siente como un ser
humano de derechos y cuando a pesar del cumplimiento de decálogos de artículos
y leyendas aún no se logran resolver sus necesidades existenciales?.
Los anteriores fragmentos ilustran el enigma se encierra en
la existencia de muchos de nuestros viejos, que claramente se dan cuenta que además
de la satisfacción de necesidades y derechos fundamentales desde el paradigma
constitucional, hay necesidades fundamentales que el estado, la sociedad y el
mismo paradigma contemporáneo del ser humano, han cercenado la coherente
posibilidad de que se tengan en cuenta como derechos humanos… En ese sentido
muchos de nuestros viejos y en casos afortunados pueden comer tres veces al
día, pueden dormir bajo un techo, pueden recibir una pensión e incluso tener un
medio ambiente reconfortante; sin embargo que sucede si a pesar de ser
beneficiario de todos esos derechos y garantías constitucionales, aún están
presos del destierro que sus familias, comunidades y sociedades les han
condenado a una solitaria esquina dentro de su propio hogar?
Es allí que desde una mirada psicosocial nos damos cuenta
que los maltratos fundamentales hacia nuestros ancianos, no solamente son
cuestión de derechos nominados y consagrados constitucionalmente; si no que
encierran un panorama problemático mucho más profundo, más complejo y ajeno a
la mirada egocentrista que suele ejercer la todopoderosa ciencia jurídica; pues
de allí que son problemáticas que fundamentalmente se constituyen a partir de
unas necesidades de “yo humano” y del “yo social” que trágicamente han estado
marginadas e invisivilizadadas frente al mundo de los contratos sociales que se
fundan como derechos. y es de allí, que
hablar de la invocación del derecho a la ternura, del derecho al aprecio, del
derecho al cariño y/o al reconocimiento como sujetos socio/históricos de
afecto, muchas se toma como una discusión irrelevante; pues al considerar que
tales conceptos resultan demasiado densos para la conceptualización
técnica, hacen que estos deseos,
necesidades y peticiones inherentes a la existencia humana, resulten más del
contenido de las filosofías y las piscologías “ vaporosas” que del debido
debate institucional y político que deberían en el verdadero mundo de los que nos
hace humanos…
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